Equipo curatorial: Iván Otálora Carillo y Rocío Polanía Farfán.
El proyecto curatorial suscitó posturas que conllevaron a visibilizar, por medio de coordenadas epistemológicas y estratégicas, las prácticas artísticas en los mundos del significado y en los planos de las subjetividades. En esa vía, fue estratégico reconocer la narrativa visual plasmada en el mismo proyecto para efectuar una lectura de las prácticas creativas y de las reflexiones artísticas de la Región Surcolombiana. Sonidos fue una proclamación en voz alta de los “sonidos de la región” factibles a hacerse visibles, es decir, fue un reconocimiento de las prácticas expresivas que se generan en el reencuentro con la diversidad cultural, transitando e indagando pequeños y grandes relatos o dialogando con las prácticas cotidianas. Ecos hizo referencia a las imágenes suscitadas por las memorias individuales o colectivas que se encuentran en constante interacción combinatoria por medio de los intersticios, tránsitos y frecuencias que coexisten en un mismo ser o comunidad. Y Silencios aludió a la reflexión del pasado común, a las voces acalladas, a pausas o fronteras divisorias, a lo olvidado, a manifestaciones silenciadas, a contradicciones que generan solidaridades a las minorías, etnias y comunidades no escuchadas.