
Inauguración de las exposiciones 'Al mar nada le pesa' de Lucía González y 'Hope' de Sebastián Fonnegra.
Fecha: Noviembre 4 de 2017
Hora: 11:00 am
Lugar: Claustro de San Agustín
Dirección: Carrera 8 No 7-21
Región Centro
Como una oda al olvido describe Lucía González su propuesta ‘Al mar nada le pesa’, un proyecto que hace una exaltación al recuerdo, debido a una fuerte obsesión por no ser olvidada y un miedo a olvidar las cosas que la hacen ser quien es.
“Perder mi pasado me aterrorizaba, así como perderme en el pasado de los otros, de hecho, aún lo hace. Lucho contra ello en mi vida diaria y en mi proceder artístico, pero fue una perdida, un duelo, lo que me hizo entender la necesidad de olvido en el fluir de la existencia humana. Resistir en el tiempo, que el olvido implica, es esencial para aligerar pesos que nos atan al pasado y nos inmovilizan”, sostiene.
La obra consta de una instalación y un video. La primera tiene el objetivo de envolver al espectador en una oscuridad a la cual el ojo debe acostumbrarse y tomarse el tiempo para ver la gran montaña de sal diluyéndose paulatinamente, con el objetivo de señalar el tiempo que no nos pertenece. El video de una mano desnuda luchando violentamente por deshacerse a un terrón de sal cristalizada, por su parte, busca reconocer una acción desesperada por desaparecer un pasado construido por el tiempo.
El trabajo de esta artista plástica, egresada de la Universidad Nacional, reflexiona constantemente sobre las emociones humanas y los procesos de memoria que están sujetos a un desvanecimiento a través del tiempo. Ha expuesto en espacios como el Centro Colectivo Textura (2016), el Museo de Arte de la Universidad Nacional en Bogotá (2016); el Centro Cultural Guillermo Barney Materón (2016), en Palmira, y el Centro Cultural Jorge Luis Borges (2017), en Buenos Aires.
Hope
El segundo ganador por la región Centro fue Sebastián Fonnnegra, con ‘Hope’, un proyecto que inicia en un viaje a la isla de Providencia, Colombia, un lugar desconocido para el artista, pero referenciado por diferentes personas como paradisiaco.
“Con el anhelo de conocer ese paraíso decidí viajar a la isla sin preguntarme a qué se refiere cada persona con la palabra paraíso. Este término encontró un sentido diferente al momento de recorrer la isla y sentir la calma del lugar en medio de múltiples ruinas que lo habitan. No había asociado lo providencial o paradisíaco con el abandono. En ese momento pensé que el progreso y el bienestar en una ciudad puede ser el paraíso que un citadino espera encontrar y ese paraíso alberga un imaginario colectivo de opulencia y acumulación, tanto de bienes, experiencias y logros. Pero aquí, en esta isla, lejos del ruido, el bienestar tiene que ver con el desapego y la renuncia a los ideales de acumulación”, aseguró Fonnnegra.
Desde los primeros salones regionales y nacionales que vio el artista, tuvo un gran interés por la posibilidad de realizar una exposición individual debido a la libertad podía tener en su propio espacio. “Si bien las exposiciones colectivas son interesantes, las individuales otorgan más libertad y la posibilidad de plantear toda una narración completa que pueda envolver al espectador en una experiencia activa”, dijo.