Proyecto:
“La performance expresa la necesidad corporal de la transmisión de la historia, las realidades y los sentimientos del individuo. Se enclava en la “realidad” del cuerpo, empoderando así las formas irrupcionales de la corporalidad dentro del arte. “Hombre de dolores”, se puede decir, es la expresión máxima de la naturaleza humana atravesada por la dicotomía entre lo terreno y lo divino, lo artístico y la “realidad”, como lo diría Butler, la construcción atemporal y conflictiva del cuerpo, a través de la expresión de su carácter individual, pero también como parte de una tradición social y cultural.
La presente performance e instalación se enmarcan en la puesta en escena de las tradiciones culturales, sociales y religiosas de Santa Cruz de Mompox, población colonial y patrimonial como Cartagena y su Baluarte. Ambas transversalizadas en esta obra por la estética de Suárez, pionero de la performance en Colombia (Salón Nacional, “Visitas y Apariciones”, 1994). La combinación de estas dos locaciones enclavadas en un discurso artístico sin precedentes, son de gran importancia porque reflejan el transcurrir histórico de la identidad caribeña.
Así mismo, “Hombre de dolores” evoca la consumación de la multifacetidad que un artista posee, al igual que la dificultad de su oficio. Estos hechos plasmados en la obra, crean una forma diferente de interpretar el arte en un “paisaje urbano” que también necesita reinterpretarse como lugar histórico de gran relevancia (Baluarte de Santa Catalina).
Finalmente, recalcamos la pertinencia de esta obra dentro de la escena caribe, como un homenaje a la obra de un artista bolivarense con una trayectoria muy importante, tanto nacional como internacional. Su presentación en Cartagena, destino turístico, lo conecta además con turistas extranjeros.”
Fragmento del informe del artista